Por fin, por fin, por fin, tras no sé cuánto tiempo, he decidido cocinar algo dulce.
La cuestión es que, no sé muy bien por qué, un día, mi cuerpo decidió que no le apetecía cocinar postres. Así de simple y de raro. No es que no haya comido más cosas dulces desde entonces, pero eso de hacerlos... ¡menuda pereza!
Ni siquiera en Londres he consumido todo el azúcar de otras veces. Vale, me comí un cupcake del Primrose Bakery de Covent Garden y otro de Hummingbird Bakery en Nothing Hill, y tomamos un afternoon tea en el Harte & Garter Hotel de Windsor, ¡y sin poner resistencia!
Algo más caería, como las tabletas de chocolate Cadbury que atesorábamos en la habitación, pero para ocho días no es nada.
Y esta semana el chip ese raro se esfumó. De pronto también.
Como tenía que aprovechar la oportunidad, pensé que habría que celebrarlo con algo de chocolate, y pensé hacer una tarta para celebrar que he sobrevivido a mi primer curso de ¡chino*!
Quemé los dos bizcochos de la tarta. Los dos, como una campeona. Y debo reconocer que le quité la costra calcinada y me los comí. Ahora que lo escribo, a lo mejor y tengo un problema con el chocolate...
Bueno, que ya que no tenía nada digno de fotografiar, he hecho mousse, también de chocolate, aunque con el toque blandito de los minimarshallows.
Tiene por todas partes: en la masa, en el interior y encima. Y alrededor. Todo inundado de minimarshmallows y chocolate, debe de ser una especie de paraíso para golosos.
Además, es muy fácil de hacer, no se tarda nada y no necesita ningún ingrediente complicado de encontrar, porque ya venden marshmallows hasta en los supermercados.
Ingredientes para 2 mousses grandes
• 30 g de agua
• 30 g de mantequilla
• 85 g de minimarshmallows
• 150 g de chocolate
• 160 g de nata montada
En un cazo a fuego bajo-medio echamos el agua y la mantequilla, cuando comience a hervir incorporamos los minimarshmallows, lo movemos un poco y añadimos el chocolate. Cuando se funda todo lo retiramos del fuego y lo dejamos enfriar.
Mientras, montamos la nata. La incorporamos a la mezcla anterior con cuidado. Se pondrá todo marrón muy claro, no os preocupéis que si seguís moviéndolo volverá a tener un tono oscuro.
Echamos en botes, tazas, moldes o donde sea unos cuantos minimarshmallows, los rellenáis con el mousse y... ¡de pronto veréis cómo los marshmallows flotan! Se mete en el frigorífico al menos un par de horas para que coja consistencia y listo.
¿Os ha gustado la receta del retorno dulce? Tenéis que probarla, está... ¡ufff!
¡Un abrazo!
* Sí, me ha dado por aprender chino, es el tipo de retos que me pongo de vez en cuando.No es lo más raro que se me ha ocurrido. La verdad es que es más asequible de lo que creía, pero he de decir que creía que era absolutamente imposible, ¡y me encanta escribir los hanzi!
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